de mal en peor

Cuando uno piensa que ya no puede estar peor, las cosas empeoran aún mas. Ayer tuve un día de mierda y hoy también. Varias cosas, charlas con N no muy lindas entre ellas, pero no tengo ganas de hablar de ella hoy. Venía cansado y malhumorado, pero con la idea de ir a la fiesta blogger y olvidarme de toda la mierda de estos días. Pero el destino me tenía preparada una mas. Cuando salí del recital al que fui hoy a la noche (a laburar con el grupo solidario y a volantaer las fechas que produzco, ni siquiera fui de joda, mas allá de que el grupo igual me cabe) me encontré con una ventanilla rota de mi auto y la puerta abollada. Lo que no encontré fue el stereo. Obviamente ya no daba ir a Palermo en bondi a las 12 de la noche. Y ni hablar de la calentura que tenía encima, que me sacó las pocas ganas de hacer algo que me quedaba. Para colmo mi hermano se había comido lo que pensaba comer. Y cuando sos vegetariano no lo arreglás con un sanguchito y listo. De cocinar ni hablar, así que me contenté con algo de fruta. Y acá estoy a las 2 de la mañana posteando algo. Pero ya me voy a dormir porque mañana me espera un día de denuncias en la comisaria y la compañía de seguros. Y además, tengo que ir a Morón, Ramos, Once y Barrio Norte por laburo, una garrón. A la noche tengo reci de nuevo (a juntar donaciones y volantear de nuevo) y el domingo tengo una fecha de las mías. Que fin de semana de mierda que me espera.